Ruta 2018. 5º aniversario. Día 6.

Día 6. 5/10/2018

Srednja vas v Bohinju - Forno di Zoldo.

Adiós Eslovenia.

La mañana despierta neblinosa. Me despido de la arrendadora y cada uno en nuestras mutuas versiones del idioma de Shakespeare nos deseamos suerte. Cargamos a las señoras y nos dirigimos hacia el lago Bohinj para contemplar las idílicas vistas, o eso espero.

Agur señora!

Seguimos dentro de parque nacional, aunque yo no veo nada.

El lago Bohinj, con unas vistas fantásticas.  Cerca localizamos un hotel donde desayunar y nos ponemos realmente a gusto con la comida.

 

 

Continuamos hacia Tolmin circulando por una preciosa carretera de montaña, que en cuanto nos desvía un poco del bosque, abre las vistas hacia un precioso valle. Estamos en la Selva Negra?

Esto es precioso!

Tras muchos y preciosos valles, atravesamos la frontera de Italia, adentrándonos en territorio GS, Supertenere, Africa Twin...ya sabéis. Descendemos por una carretera estrecha y retorcida como la espalda de una serpiente que discurre a través del bosque. El asfalto vio días mejores. Gravilla suelta por doquier y de extra, tornantis con una mezcla de todo. Durante este precioso recorrido la opción de perder rueda y caer fue real. Descendemos y el paisaje comienza a clarear. Atravesamos un pequeño y bonito valle donde esta localizado un bar con carácter y retrete oloroso.

Vamos buscando un sitio donde comer y nos decidimos por hacerlo justo en la cima del bonito Sella Carnizza. Es un buen sitio.

Llenos nuestros estómagos recorremos una decena de metros atrás para tomar café y una apfelstrudel, en el bar que pasamos con anterioridad. Las mesas están en el exterior y uno de los parroquianos que sabe español no puede remediar intercambiar unas palabras con nosotros. Yo haría lo mismo.

Prealpes Julianos... se leer. 

Continuamos ruta. Poco a poco la tarde avanza mientras nos vamos acercando de nuevo a los Dolomitas. Atravesamos el passo della Mauria, divertido como pocos. La noche cae y me doy cuenta que he olvidado que tenemos un puerto más de resopón, el passo Cibiana.

Cansados ascendemos esta preciosidad con unas vistas donde reinan las sombras pero que dejan vislumbrar su porte.

La cámara del móvil hace milagros con poca luz.

Llegamos agotados al hotel que tenemos para esta noche. Sale un hombre y nos acompaña al parking que esta situado justo a los pies del hotel y tras elegir las habitaciones le pedimos si es posible cenar y niega con la cabeza. Sin decirle nada nos indica, en un castellano de agradecer, que nos acompaña con su furgoneta a Forno di Zoldo que esta a unos kilómetros para que podamos cenar en alguno de los restaurantes de pueblo. Como es habitual los restaurantes con variedad están cerrados o sin mesas, quedándonos la única opción de ir a una pizzeria. 

Por cierto, mientras Agus subía la moto en sobre el caballete este ha partido casi provocando un autentico efecto domino, pero que salvó con soltura. Mañana miraremos de buscarle una solución.

A cenar maquinas!

Deliciosa. 

A dormir que mañana tenemos lío.