El TT Isla de Man, visto por una cirujana.

Acudía yo a mi cita con el oftalmólogo, nada grave, con mi casco y chaqueta de moto. No lo dejé en el baúl porque me dio pereza, iba con prisa, estaba trabajando, y no quise perder ni un segundo.
La enfermera, mientras realizaba las pruebas básicas de presión ocular y calidad de visión, al verme con casco me pregunta que tipo de moto tengo, primera sorpresa agradable.  Tras decir que tenia una GS me responde con entusiasmo que su marido también tiene una, además de tener un amigo en común, y que por la descripción que me dio supe que era una GSA. Estuvimos hablando de motos y viajes, una maravilla mientras esperaba mi turno.
Suena mi nombre y paso a la consulta, donde me encuentro a una mujer mayor, bajita, de pelo canoso, pero con una energía descomunal.

-Tienes moto por lo que veo - Me comenta ella.
-Si - Le respondo.
Hablamos un poco de motos y en eso que me sorprende con lo siguiente:
-¿Sabes que estuve en los años 80 como cirujana en la Isla de Man?
-¿Usted en la Isla de Man!?- Me quedé petrificado.

No importó que le preguntase nada. Poco a poco fue contándome detalles y experiencias que me impresionaron, le brillaban los ojos mientras lo relataba.
"Esperábamos en el puerto la llegada de los pilotos, parecía un pase de modelos. Las motos descendían del ferry. Chicos y chicas altos, enfundados en sus preciosos monos de cuero de múltiples colores. Cuando se quitaban el casco nos dejaban sin aliento! -Cada palabra hace rejuvenecer a la doctora. -Colocaban todas las motos en batería. Era todo un espectáculo, me encantaba, - continuó- podías hablar con ellos sin ninguna problema. Eran jóvenes muy amables y modestos, que horas más tarde se jugaban la vida por ver quien era el más rápido."

Más adelante entró en detalles centrados en la labor que ejercía allí.
"Era duro cuando venía alguno de los pilotos con heridas graves.- me decía en un tono más serio- La peor parte se la llevaban los copilotos de sidecars, ya que cuando tenían un accidente, su casco era el primer elemento que golpeaba contra el muro con consecuencias fatales. Acudían cirujanos militares y civiles exclusivamente a la carrera para echar una mano..." - la charla continuó unos minutos más.

Se me acababa el tiempo y tenia que volver al trabajo y le interrumpí.
-Por cierto doctora, como tengo la vista? -Le pregunté
-Muy bien la verdad, ponte estas gotas cuando te molesten los ojos y arreglado- Me respondió.

Me despedí de ella y de la enfermera. Al llegar a casa me doy cuenta de que me he dejado las gotas y el informe. Normal, si acabo de escuchar una parte de la historia del TT de la Isla de Man.

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